¿Cómo llevar una dieta sostenible?

La producción de alimentos utiliza el 48% de los recursos naturales, el 70% del agua dulce y contribuye notablemente a la deforestación y la pérdida de biodiversidad. Por esta razón, es necesario llevar una dieta sostenible.

La comida es mucho más que lo que se sirve en un plato. Los alimentos que llegan a nuestras mesas es el último eslabón de una cadena de acciones con huella medioambiental y uso de recursos limitados. De hecho, la alimentación es una de las actividades humanas con mayor impacto global: es responsable del 26% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según un estudio publicado en “Science”. Por esta razón, es necesario llevar una dieta sostenible.

La producción de alimentos utiliza el 48% de los recursos naturales, el 70% del agua dulce y contribuye notablemente a la deforestación y la pérdida de biodiversidad, advierte la FAO en otro informe. Son datos que reflejan un reto clave: alimentar a 7.500 millones de personas, una población que según todas las previsiones en 2050 superará los 9.600 millones. La conclusión, señala el documento, es que el modelo de producción actual no es sostenible y, en caso de seguir así, necesitará recursos equivalentes a casi tres planetas.

Aunque los alimentos son el producto final, la meta es lograr una industria alimentaria que sea sostenible en todas las etapas, desde su producción hasta su consumo. Las cadenas de suministro sostenibles persiguen que haya un equilibrio entre el beneficio económico, el bienestar social y el respeto al medioambiente. Así se garantizan las buenas prácticas, la trazabilidad de los productos y unas condiciones justas para productores, intermediarios y consumidores. Cada vez son más las empresas y grandes superficies que incorporan medidas de carácter sostenible a sus cadenas de suministro o programas de compras.

¿Qué es la alimentación sostenible?

“A pesar de los éxitos de la agricultura en las últimas tres décadas, los sistemas alimentarios y las dietas actuales no son sostenibles”, afirma la FAO en su informe Dietas sostenibles y biodiversidad. Además, advierte que 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, mientras una cantidad aún mayor sufre enfermedades relacionadas con una alimentación incorrecta, como la obesidad.

Según la FAO, la alimentación sostenible parte de una producción de alimentos con un impacto ambiental reducido, respeta la biodiversidad y es asequible y saludable. Así pues, la agricultura sostenible se convierte también en un factor clave para el fomento de esta alimentación.

Cómo llevar una dieta sostenible y saludable

La FAO brinda una serie de consejos que pueden ayudar a seguir una dieta de estas características. Seguirlos puede ayudar a mejorar la alimentación, lo que impactaría en la salud, y a cambiar hábitos que impactan en el ambiente.

Las dietas sostenibles se basan en una gran variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados, que representan de forma balanceada todos los grupos de alimentos. 

Asimismo, incluyen cereales integrales, así como frutos secos y frutas y verduras variadas en abundancia. También pueden incluir huevos, productos lácteos, aves y pescados en cantidades moderadas así como carnes rojas en pequeñas porciones.

Para ser sostenibles con el medio ambiente, deben utilizar el mínimo de envases posible en los productos. Una de las mejores opciones es comprar los alimentos a granel para evitar residuos. También es importante comprar de proximidad para que las emisiones en el transporte sean reducidas.

Un dato clave: incluyen agua potable limpia y segura como líquido de preferencia.

Es importante tener en cuenta que satisfacen pero no exceden las necesidades de energía y nutrientes para el crecimiento y el desarrollo.

El objetivo de estas dietas es reducir los impactos medioambientales, además de los riesgos de enfermedades relacionadas con la alimentación. Por eso, contienen niveles mínimos de patógenos o toxinas y sus alimentos respetan el medio ambiente durante todo el proceso.

Martina Stutz Dohmen