El pasado 1 de marzo entró en vigor el nuevo etiquetado energético europeo para electrodomésticos y recientemente, el 1 de septiembre también para fuentes de iluminación. Un sistema tachado de ‘‘estricto’’ y que dará prioridad a la eficiencia energética. Se estima que con este nuevo modelo de consumo cada europeo se ahorrará más de mil euros anuales en su factura de la luz.
Este dejará atrás las clases energéticas A+, A++ y A+++ y volverá a la antigua escala de clasificación de productos de la A a la G de mayor a menor eficiencia, respectivamente.
El nuevo etiquetado energético supondrá un antes y un después para las emisiones de carbono en Europa
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico informan que: ‘‘Todas las empresas distribuidoras tienen un plazo de 14 días hábiles para cambiar los etiquetados. De lo contrario, los productos no podrán venderse transcurridos 18 meses desde su posterior distribución’’.
Desde el mismo el Gobierno Español informan que este cambio en el etiquetado se debe a una saturación de productos de clase A+, A++ y A+++ en el mercado que causaban confusión en el consumidor. Esta situación ha llevado a la Unión Europea a visibilizar de forma más clara cuáles son los productos verdaderamente eficientes.
Este nuevo sistema también contará con la aprobación del cliente antes de adquirir un producto y saber qué valores energéticos posee. Esto se llevará a cabo gracias a un sistema de código QR en el mismo etiquetado, que permitirá dar la información energética de cada producto. De esta manera, también se quiere conseguir un perfil de cliente más comprometido con el medio ambiente.
Más eficacia, menos gasto
Una de las graves consecuencias que deja el uso desmesurado de productos no eficientes en el planeta es la huella de carbono. Además, desde que en abril se registrara uno de los mayores récords históricos jamás registrados de luz (133,26€ megavatio/hora), la importancia de vender productos más eficientes energéticamente gana fuerza. Es por ello que Europa quiere priorizar el comercio de nuevos productos que ayuden a reducir las graves consecuencias que el sector energético deja en el planeta.
Anaïs Batanero